Por qué es importante borrar tu historial de navegación en Internet

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Para garantizar que tengas un poco más de cancha en la seguridad digital, diseñamos una guía para borrar tu historial de navegación.
En la actualidad, uno de los graves problemas a los que nos enfrentamos como usuarios de internet es la protección de nuestros datos personales. Detrás de los sitios que visitamos y las aplicaciones que nos acompañan en la cotidianidad, existen empresas que aprovechan esa información y patrones de consumo para beneficiarse. Por ello, los escándalos en torno a Facebook —hoy Meta— han desatado controversias de talla global en materia de democracia, privacidad y libertad en Internet.

En ocasiones, pareciera que nuestro smartphone o dispositivos con acceso a Internet nos escuchan. Podría ser, de inicio, que ni siquiera sea el caso: nosotros mismos, como usuarios de ciertas plataformas, damos información libremente para que nos aparezcan ciertos anuncios y publicidad específica, dirigida a nuestros intereses. Una de las acciones más sencillas para contrarrestar este fenómeno es borrar el historial de navegación de nuestros buscadores. Aquí te explicamos cómo hacerlo y porqué es importante.
Borrar el historial de navegación sirve para evitar que las ‘cookies’ se almacenen en los sitios que visitamos. Éstas son ficheros de datos que “una página web le envía a tu ordenador cuando la visitas”, explica el corresponsal de tecnología Yúbal Fernández para Xataka. De esta manera, un algoritmo identifica cuáles son nuestras tenencias de búsqueda, y las asocia a otros patrones similares.

Aunque en la actualidad los sitios y motores de búsqueda están obligados a avisar a sus usuarios que usan ‘cookies’, generalmente aceptamos esta condición sin saber qué implica. Las dos funciones principales de estos ficheros son las siguientes:

Recordar accesos (que se hacen de manera cotidiana).
Identificar hábitos de navegación.
Sí, así de predecibles somos los seres humanos. Con esta información disponible, los sitios y plataformas digitales en internet pueden reconocer tu computadora, tableta o smartphone. Por ello, también, saben quién eres, qué haces ahí y cuál será el resultado de tu búsqueda. Borrar el historial de navegación ayuda a que esta información no se almacene, y que sea menos sencillo que las ‘cookies’ revelen tus patrones de consumo en línea.

Aunque de entrada pueda parecer fatalista, las ‘cookies’ sí facilitan la vida de las personas. Por ejemplo, en lugar de tener que escribir siempre tu contraseña, algunos sitios la guardan para que sea más fácil que inicies sesión. Lo mismo con tus cuentas de correo electrónico, newsletters, servicios de streaming y otras herramientas que usamos al navegar en Internet. El problema viene cuando dejamos esta información abierta, para que empresas más grandes —a veces, invisibles a la mirada pública— se aprovechen de ella.
En un sentido estricto, no es necesario borrar el historial de navegación de tu teléfono, computadora u otros dispositivos con acceso a Internet. A lo más, es deseable que lo hagas, porque te gana terreno en términos de seguridad digital y acceso a tus datos personales.

Lo que es más, visto desde otro punto de vista, tomar este tipo de acciones no elimina para siempre tus datos de las redes sociales ni de los servicios de compra en línea, como Amazon. Las compras que ordenes a asistentes virtuales, como Alexa o Siri, se quedan almacenadas indefinidamente en nubes de empresas privadas.

“Aparentemente, estos sitios usan su historial de búsqueda para armar un perfil de quién creen que es usted, permitiéndoles mostrarle contenido o productos que esperan que atraigan sus intereses“, explica Popular Science.

Aunque esto es muy conveniente para este tipo de empresas, sólo pueden recopilar la información si usas el servicio. Esto es: Facebook, Instagram, Amazon y otras corporaciones privadas en línea sólo pueden tomar tu información a partir de tu actividad en línea. Más allá de lo que compartas en estas plataformas, no hay nada que puedan hacer para saber más de quién eres, a qué te dedicas o qué haces en la vida cotidiana.