DENUNCIAN TORTURA, CORRUPCIÓN Y SECUESTRO EN ESTACIÓN MIGRATORIA DE CANCÚN

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*Retención ilegal de extranjeros en Aeropuerto de Cancún, millonario negocio de agentes migratorios.

Por Víctor Flores.

Cancún.- La retención de extranjeros en el Aeropuerto Internacional de Cancún se ha convertido en nicho de corrupción, tortura, secuestro, abusos e ilegalidades, una pesadilla para cientos de extranjeros que arriban a este polo turístico, que son detenidos y privados de su libertad durante días, semanas y meses en una cárcel clandestina, disfrazada de estación migratoria.

Al interior del Instituto Nacional de Migración, se ha conformado una red delictiva de agentes y abogados que exige dinero a los extranjeros para dejarlos entrar al país aun así tengan sus documentos en regla, bajo amenaza de dejarlo detenidos hasta seis meses y finalmente deportarlos si no hay dinero de por medio.

Esthela “N”, es una chica sudamericana que arribó a Cancún con sus documentos en regla, pero fue detenida en el aeropuerto por agente de Migración, no había nada nada ilegal en sus documentos, pero le dijeron que los acompañara porque le harían una prueba de Covid-19.

Junto a otras chicas, “nos llevaron a una oficina donde nos tuvieron varias más de 12 horas con el clima demasiado frío, sin darnos explicación, totalmente incomunicadas y nunca nos hicieron la prueba de Covid-19, era una mentira”.

Luego de varias horas revela, nos trasladaron a lo que llaman Estación Migratoria, bajo el argumento que nuestros papeles no estaban en reglas, que seríamos retenidas y llevadas a un alojamiento.

Así llegamos a unas oficinas donde en la parte trasera tienen una “cárcel”, nos asignaron una celda donde habíamos 8 chicas, en la celda contigua habían otras 10 mujeres, nos quitaron todas nuestras pertenencias, maletas, teléfono celular y dinero.

“Estábamos incomunicadas, no nos dejaban ni hacer una llamada telefónica, no sabíamos ni la hora, tampoco permitían que nuestros familiares o abogados nos visitaran, nos decían que nadie nos había ido a visitar”.

Un grupo de chicas dijo, recibió un trato privilegiado y salieron el mismo primer día que las detuvieron, porque alguien llegó a dar el dinero que les habían pedido.

“A nosotras los guardias nos trataban como animales, nunca se presentaron, no portaban gafete, no sabíamos quienes nos amenazaban”.

Así manifestó, entramos a las celdas, eran un cochinero, el baño horrible, las camas son de concreto, con una colchoneta sucia, nos dieron un jabón, un pequeño shampoo, un rollito de papel y una pasta dental que todas vomitamos. No teníamos toallas, nos secábamos con la misma ropa.

Era el principio de su calvario, Esthela “N” y demás chicas retenidas, fueron detenidas un sábado y hasta el martes les pasaron su ropa para poder cambiarse, viviendo como presas en una situación antihigiénica.

Así, narra, vivimos una pesadilla, Nos daban una comida muy mala y había que firmar por cada comida, algunas chicas se enfermaron, una que es vegetariana enfermó por comer carne, no había otra cosa, nos obligaban a comer lo que había y no dejaban pasar comida que llevaban los familiares de otras detenidas.

La comida confiesa, era tan mala que la rechazamos e hicimos una “huelga de hambre”, los agentes que no usaban carnet para no ser identificados, nos amenazaron que si no comíamos y nos desmayábamos, ahí nos íbamos a quedar porque no había doctor, porque el doctor solo llegaba los jueves.

“No teníamos agua, nos aventaron un garrafón y el agua estaba horrible, nos enfermamos”.
Explica que a una compañera venezolana epiléptica no le dejaban recibir sus medicamentos y se intoxico con la comida, no tenía medicina y se desmayó.

Pasaban los días y nos desesperábamos, “Algunas chicas, gritaban, lloraban y enfermaban, estábamos presas, secuestradas, había miedo, angustia, impotencia, algunas sin familiares en México”,
“No nos permitían visitas, estábamos incomunicadas, secuestradas y bajo amenaza, una mujer que nos visitó y dijo ser abogada, nos amenazó que si nos amparábamos, íbamos a complicar nuestra estancia ahí y nos quedaríamos seis meses detenidas en ese lugar”.

Esthela contaba los días para salir de ese infierno, “los agentes nos amenazaban con deportarnos o dejarnos ahí varios meses, a las chicas que tenían sus papeles en regla, le pedían mil o mil 500 dólares para liberarlas y las que no tuvieran papeles 2 mil dólares.

Quedada en evidencia la corrupción y millonario negocio que hay detrás de las detenciones legales e ilegales de los agentes migratorio en el aeropuerto de Cancún, en total explica Esthela, habían cerca de 60 detenidos incluidos los hombres, algunos con más de tres meses retenidos ilegalmente.

Algunas añade, teníamos los documentos en regla, no nos dejaron pasar porque querían dinero.
Así pasaron los días y los familiares de Esthela “N” comenzaron a negociar su salida, junto a ella había chicas de Venezuela, Colombia, Argentina Cuba y una de Inglaterra.
“Lo que viví ahí es una experiencia terrorífica, fue una humillación la que pasamos, nunca en mi vida había pasado algo así y menos en otro país”.

Finalmente tras 11 días de encierro ilegal, familiares de Esthela “N” pagaron su liberación, terminó así su pesadilla, producto de una política migratoria de persecución, extorsión y corrupción arraigada en los filtros migratorios del Aeropuerto de Cancún.