La escultura microscópica es un ejemplo de cómo la tecnología está transformando la forma en que nos expresamos artísticamente.
El artista e ingeniero inglés Jonty Hurwitz ha trabajado con nanofísicos para crear la escultura invisible al ojo humano más pequeña del mundo.
Para poder apreciarla, se debe observar a través de un microscopio.
Hurwitz ha escaneado los modelos de sus esculturas con más de 200 cámaras y luego las ha impreso en 3D utilizando la técnica del Instituto de Tecnología de Microestructuras de Karlsruhe.
La escultura mide aproximadamente 80x100x20 micrómetros y es considerada la representación de una silueta humana más pequeña de la historia.
Hurwitz afirma que la línea entre la ciencia y el arte se está volviendo cada vez más borrosa y que el arte contemporáneo debe reflejar la condición humana tal como es hoy.
Observar esta nanoescultura es un logro colectivo de toda la humanidad, y es la culminación de miles de años de investigación y desarrollo.
La única forma de ver estas obras es en la pantalla de un microscopio electrónico de barrido.
Fuente: Comunidad Biolológica