El takahé es un ave no voladora endémica de Nueva Zelanda que se dio por extinta en 1898 y que databa del Pleistoceno, sin embargo tras ser detectada hace unas décadas y gracias a un arduo trabajo de conservación, lograron que la población ya supere los 500 ejemplares y en agosto liberaron a nueve parejas en su hábitat, el valle de Wakatipu. Allí se había visto a la especie en sus últimos tiempos de vida silvestre.
Las poblaciones de takahé fueron reducidas significativamente por los colonos europeos; por eso, la la noticia fue tomada con alegría por los Ngai Tahu, una tribu originaria de la región cuyos antepasados convivieron con el ave, según publicó el medio especializado National Geographic.
En vista de que los registros del takahé empezaron a ser nulos, al animal se lo declaró oficialmente extinto en 1898. No obstante, contra todo pronóstico, el ave prehistórica de Nueva Zelanda fue redescubierta en 1948. Actualmente, gracias a los trabajos de protección a la especie, el departamento de conservación neozelandés estima que el crecimiento de la población del takahé es de alrededor del 8% anual. Además, hay alrededor de 500 ejemplares vivos.