El programa de alcoholemia fue suspendido en marzo de 2020 para evitar contagios de Covid-19.
Tras dos años de ausencia por la pandemia de Covid-19 y al menos 232 accidentes de tránsito causados por conductores en estado de ebriedad en lo que va del año, se prepara el regreso del alcoholímetro a Cancún, pero para 2023.
De acuerdo con Ana Patricia Peralta de la Peña, presidente municipal de Benito Juárez, aún no se tiene una fecha para implementar este programa, pues aún se analizan los detalles para implementar de nuevo el programa de alcoholemia.
Explicó que el objetivo del regreso del alcoholímetro es evitar que las personas continúen manejando bajo el influjo del alcohol.
Según datos de la Dirección de Tránsito municipal, en lo que va del año se han registrado 3 mil 166 hechos de tránsito, de los cuales 232 han sido causados por personas en estado de ebriedad, lo que representa el 7.33% de los accidentes en las vialidades de la demarcación.
Debido a dichos incidentes automovilísticos, se han puesto a disposición a 166 personas responsables de dichos hechos de tránsito, los cuales han sido consignados a la Fiscalía General del Estado.
Una reforma al artículo 126 del Reglamento de Tránsito municipal, aprobada por el Cabildo a principios de 2020 establece que los conductores de vehículos deben de someterse a las pruebas de detección de ingestión de alcohol, durante la instrumentación de los programas viales y preventivos de alcoholimetría.
Acerca de los cuestionamientos sobre presuntos casos de corrupción durante las pruebas de alcoholímetro, la presidenta municipal aseguró que se instaurará la figura de los “vigilantes ciudadanos”.
Alcoholímetro fue suspendido en marzo 2020
El programa del alcoholímetro fue suspendido en marzo de 2020 por la entonces presidenta municipal Mara Lezama Espinosa, como medida de prevención para evitar contagios de Covid-19.
En esa ocasión, explicó que el proceso de este programa de alcoholemia era un alto riesgo de contagiarse de dicha enfermedad que ocasionó una pandemia, pues los conductores debían soplar sobre unos bastones colocados en un mecanismo de medición que determina el grado de alcohol que hay dentro del cuerpo.
Sin embargo, el año pasado, con la disminución de casos de Covid-19, las autoridades municipales anunciaron que el programa podría volver a ser implementado en la demarcación, aunque no se concretó.