Chetumal, Quintana Roo, 7 de noviembre (Infoqroo).- La Secretaría de Cultura de México, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), inició la restauración de un tramo de la muralla del foso perimetral del Fuerte de San Felipe de Bacalar, estructura que sufrió un derrumbe parcial debido al reblandecimiento de su mampostería tras las intensas lluvias de junio de 2024.
Este tramo de restauración abarca un total de 50 metros cúbicos, una obra que destaca la importancia de preservar uno de los patrimonios más representativos del Sur de Quintana Roo.
Tras conocer el incidente, el Centro INAH Quintana Roo activó el protocolo del seguro institucional para monumentos históricos, al cual tienen acceso inmuebles de propiedad nacional como el Fuerte de Bacalar.
Margarito Molina Rendón, director del Centro INAH Quintana Roo, destacó que la institución ha atendido previamente afectaciones en otros sitios históricos de la región, entre ellos el Templo del Niño Jesús en Tihosuco y el Templo de Nuestra Señora de Guadalupe en X-Cabil, a a través del Programa de Empleo Temporal.
El Fuerte de Bacalar, construido en 1733, es uno de los mayores símbolos de la arquitectura colonial en la entidad. Su construcción fue impulsada por Antonio de Figueroa y Silva Lazo de la Vega, gobernador de la Capitanía General de Yucatán, con el propósito de detener el avance de los colonos ingleses hacia la frontera sur.
Además, este sitio histórico apoyó un papel crucial durante la Guerra Social Maya, cuando fue tomado por los rebeldes mayas en 1858, lo que obligó a la población local a buscar refugio en el norte de Belice.
Según Luis Ojeda Godoy, arquitecto de la Sección de Monumentos Históricos del INAH, el segmento en restauración incluye dos tramos contiguos de cinco metros lineales cada uno.
El proceso de restauración emplea morteros a base de cal en pasta y polvo de piedra, evitando el uso de cemento, pues su aplicación podría acentuar problemas de humedad y deterioro a largo plazo.
El Fuerte de Bacalar también fue una fortaleza estratégica en la defensa contra piratas y filibusteros, así como contra los saqueadores ingleses que explotaban el palo de tinte en la región.
Figueroa, al mando de esta fortificación, defendió la zona incluso en el territorio que hoy conocemos como Belice, entonces Honduras Británicas, donde finalmente fue herido y murió camino a Mérida.
Finalmente, Molina Rendón destacó que, desde los años 70, el Fuerte de Bacalar se ha consolidado como un símbolo turístico en el sur de Quintana Roo y reiteró el compromiso del INAH para preservar el patrimonio cultural de la entidad, desafiando las condiciones climáticas y ambientales. que constantemente ponen en riesgo estas edificaciones.