Cancunenses viven un `caos´ con las rutas alternas al aeropuerto

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Las rutas conectan a la avenida Huayacán con el bulevar Colosio, con el fin de repartir el tráfico generado por las obras.
Las rutas alternas al aeropuerto que conectan la avenida Huayacán con el bulevar Colosio, dadas a conocer con el propósito de repartir el tráfico generado por las obras del entronque, presentan más fallas que beneficios.

De acuerdo con información de la Dirección de Servicios Públicos Municipales, esta semana se reforzó el pavimento en las esquinas y del alcantarillado de las avenidas Rogelio Castorena, y Nazaret, pero a lo largo de estas aún falta la misma labor a lo largo de al menos un kilómetro de calle, a causa de la cantidad de hoyos, problema presente en al menos otras tres rutas secundarias.
José Antonio de la Torre Chambé, director general de servicios públicos, declaró que a causa de que las obras se encuentran actualmente a la altura del Puente “El Trébol”, los trabajos se concentrarán inicialmente en las rutas secundarias más cercanas al aeropuerto, para concluir en la parte más cercana al monumento de la antigua torre de control.
Asimismo, parte de los trabajos incluirán despejar la vegetación que pueda haber a una distancia de 1.5 metros desde la banqueta hacia el pavimento, el cual aún es requerido en las avenidas Rogelio Castorena, de los Olivos y de los Colegios, de aproximadamente 2.92, 1.77 y 2.27 kilómetros, respectivamente.

Cancunenses sufren por el tráfico vehicular
En cuanto al congestionamiento, según datos del aeropuerto de Cancún, para esta semana todavía se reportan alrededor de 60 vehículos saliendo de la zona federal por minuto, así como se cuentan, al menos:

500 coches que van desde Playa del Carmen al aeropuerto
500 que transitan del centro de la ciudad a la zona hotelera
500 más de la ciudad al aeropuerto
En cuanto a los riesgos que corren los coches al circular por avenidas sin mantenimiento, la taxista Rocío García Saldívar, señaló que sus compañeros en general están principalmente preocupados por llegar a pagar mil 600 pesos por cambiar una llanta, de mil 500 a dos mil por cambiar piezas y la mano de obra, e incluso más de seis mil pesos por reparar toda la suspensión de sus vehículos.