Hasta hace un mes, la vida laboral para muchos era rutinaria e implicaba desplazarse al trabajo, enviar correos electrónicos y ponerse al día con colegas y clientes en persona.
Pero desde que los gobiernos de todo el mundo comenzaron a exigir a las personas que trabajen desde su hogar en un intento por frenar la propagación del nuevo brote de coronavirus, la nueva norma ha visto a los hogares convertirse en oficinas temporales y muchas actividades comerciales que cambian en línea.
Como resultado, las empresas en una miríada de industrias (gobierno, comercio minorista, finanzas, bienes raíces, salud y educación, entre otras) han recurrido a herramientas digitales para respaldar esta nueva forma de trabajar.
Desde conferencias canceladas hasta cadenas de suministro interrumpidas, ningún rincón de la economía global es inmune a la propagación de COVID-19.
En un extremo del espectro, hay organizaciones que implementan tecnologías por primera vez para ayudar a hacer frente al nuevo entorno de trabajo. Y luego hay donde el concepto de confiar en la tecnología para las actividades comerciales en línea no es tan extraño.
Es probable que los desafíos derivados de la propagación del nuevo coronavirus aceleren el uso de las tecnologías y herramientas existentes y nuevas a medida que millones de personas se ven obligados a trabajar desde el hogar y la conectividad digital se aferra aún más a los hábitos cotidianos.
Nielsen espera que los consumidores puedan tener mayores motivaciones y menos barreras percibidas para buscar de manera más activa soluciones habilitadas por la tecnología para ayudar en tareas cotidianas como las compras.
Para algunos consumidores, esto puede ser un comportamiento totalmente nuevo (como comprar alimentos en línea por primera vez), mientras que para otros puede significar un mayor uso en línea o la incorporación de nuevas tecnologías, herramientas y software.
Fuente:discoverthenew.ituser.es