Plaza Flamingo, uno de los centros comerciales más concurridos en las décadas de los 80s y 90s en Cancún, está en venta desde hace más de cinco años y aunque ha habido compradores interesados no logran concretar la venta.
Se localiza en el kilómetro 11.5 del Boulevard Kukulcán, durante muchos años fue un punto de referencia tanto para los turistas como para los residentes locales. Con una extensión de 20,612 metros cuadrados, de los cuales 13,877 estaban destinados al centro comercial, este complejo fue durante mucho tiempo el epicentro del glamour y la actividad comercial en Cancún.
Fue de las primeras plazas comerciales de todo el destino que logró albergar establecimientos de renombre internacional y fue testigo de eventos estelares con celebridades de Hollywood.
El legado de Plaza Flamingo está marcado por la presencia de franquicias internacionales de renombre, que una vez atrajeron a multitudes ávidas de experiencias únicas. Desde Pat O’Briens hasta Planet Hollywood, pasando por Outback Steak House, Margaritaville y Bubba Gump, estos establecimientos fueron pilares de la escena gastronómica y de entretenimiento en Cancún.
La inauguración de Planet Hollywood a mediados de los 90´s fue un evento talla internacional, contó con la presencia de figuras icónicas de Hollywood como Sylvester Stallone, Bruce Willis, Demi Moore y Arnold Schwarzenegger, quienes ostentaban la propiedad de la franquicia.
Durante la década de los 90´s, Pat O’Briens se convirtió en un destino imprescindible para los turistas, especialmente durante la temporada de spring break, añadiendo aún más brillo y renombre a Plaza Flamingo.
Sin embargo, tras años de declive gradual, el primer trimestre del 2019 marcó el cierre definitivo de las puertas de Plaza Flamingo. Las entradas públicas amanecieron selladas en los primeros días de mayo y sólo permanecieron abiertos algunos locales comerciales ubicados en la parte externa, así como las oficinas corporativas.
A pesar del enorme valor económico que evidentemente tiene el terreno, lo cierto es que a cinco años del cierre de sus instalaciones y de muchos intentos por vender la propiedad, problemas legales que aún están en proceso e incluso litigios entre propietarios mantienen detenida la venta, con pocas probabilidades de que pueda destrabarse a corto plazo.