Sufre violencia el 70% de las mujeres de Quintana Roo

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De acuerdo con el Inegi, el tipo de agresión más frecuente es la violencia sexual.
El 70.4% (482 mil 611) de las 685 mil 528 mujeres mayores de 15 años en Quintana Roo han experimentado algún tipo de violencia -psicológica, física, sexual, económica o patrimonial- a lo largo de la vida; el 46.2% desde la infancia.

Los datos más recientes de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (Endireh) indican que la prevalencia ha aumentado, al pasar de 64.7% en 2016 a 70.4 en 2021, es decir, 5.7 puntos más en cinco años.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el tipo de agresión más frecuente es la violencia sexual, de la que ha sido víctima más de la mitad de la población femenina.

La estadística revela que el 16.4% de ellas sufrió de este tipo de delito desde la infancia, siendo los agresores más usuales los tíos, primos, vecinos o conocidos de la menor.

El ámbito donde más han sido vulneradas las mujeres es el comunitario, es decir que las agresiones fueron provocadas por personas que se encuentran en su entorno y que utilizan los espacios públicos -como la calle o el transporte público- para agredir.
Otros agresores frecuentes identificados son las parejas actuales o pasadas, así como personas dentro del ámbito laboral.

La Endireh también reveló que el 44.2% de las encuestadas vivió situaciones de violencia durante los últimos 12 meses; sin embargo, el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), así como diversas organizaciones indican que el índice de denuncia es bajo y aún menor, el número de quienes acceden a la justicia.
“De 10 delitos, tres denuncian, de estos pueden tal vez judicializarse los tres o dos, pero que sigan avanzando hasta que lleguen a una sentencia puede ser ni siquiera uno. Eso genera que la cifra negra o el cono de impunidad sea muy alto”, indica Silvia Chuc Aburto, integrante de Gobernanza Mx.
La activista explicó que son muchos los prejuicios que las víctimas tienen que enfrentar, incluso antes de decidir interponer una denuncia, al ser cuestionadas sobre sus actividades, su forma de vestir, entre otros.

“Entender que he sido víctima a pasar a realizar la denuncia, puede pasar un tiempo (…) una vez que se atreven se topan con un sistema que está saturado, que tiene poca empatía y perspectiva de género, eso suele hacerlas desestimar de inmediato”, dijo.